¿En qué consiste la gestión energética?
La gestión energética se basa en una aproximación integral a todos los aspectos relacionados con los consumos y la eficiencia energética en un edificio, instalación, empresa, etc. Es importante destacar que la gestión energética se basa en el perfecto conocimiento de los mecanismos de consumo energético. Esto incluye:
- Perfiles de consumos y cargas energéticas.
- Costes de suministros energéticos.
- Características de edificios, instalaciones, equipos, etc., relacionados con el consumo energético.
- Actividades de mantenimiento y operación.
¿Cuáles son los pasos de la gestión energética?
La gestión energética es una actuación basada en el conocimiento y en el ciclo de mejora continua (“planificar-hacer-verificar-actuar” – PDCA, en sus siglas en inglés-). A diferencia de la auditoría energética, que es una “foto fija”, se realiza de manera continua en el tiempo; y comprende las siguientes etapas:
- Conocimiento de los consumos energéticos y sus mecanismos. Sólo esto ya permite dimensionar las actuaciones y las posibilidades de mejora. Permite asimismo establecer índices energéticos que compararán nuestro nivel de consumos con otras instalaciones de similares características. Al analizar la información de consumo obtenida, se pueden identificar ineficiencias (horarios inadecuados, deficiencias de regulación, problemas eléctricos, comparativa entre equivalentes o benchmarking, etc.)
- Estudio y propuestas de mejoras. Es lo que conocemos como auditoría energética. Previa a la realización de cualquier actuación de mejora, es importante su valoración desde diversos puntos de vista: ahorros energéticos y económicos, coste de inversión, gasto o ahorro en mantenimiento, posibilidades de financiación, etc.
- Selección e implantación de mejoras. En función de los resultados de la auditoría, se seleccionarán e implantarán aquellas mejoras que mejor se ajusten a la estrategia de nuestro cliente. Es el cliente el que selecciona las mejoras, y los criterios de decisión pueden ser muy variados: mayor ahorro energético, mayor ahorro económico, facilidad de implantación, menor período de retorno, facilidad de seguimiento de consumos, etc.
- Seguimiento. En muchas ocasiones se comete el error de considerar el trabajo finalizado una vez implantadas las mejoras. El seguimiento es una operación fundamental para, entre otras cosas:
- Verificar que las actuaciones realizadas producen las mejoras previstas. Se hace a través de las mismas fuentes de información (facturas, monitorización), el efecto de las mismas (reducción de consumo/ gasto), por comparación con los datos originales.
- Identificar nuevas posibilidades de mejorar la eficiencia energética en base al análisis de los nuevos resultados obtenidos; se llevarán a cabo en fases sucesivas.
¿Qué beneficios conlleva la gestión energética?
Fundamentalmente, la gestión energética se basa en el conocimiento y seguimiento continuo de los mecanismos de consumo de un edificio o instalación. Los beneficios son diversos:
- Identificación de problemas relacionados con mala gestión de equipos y sistemas (incorrectos encendidos, deficiencias en la regulación, etc.). Su mejora suele ser de nulo o muy bajo coste. Hay numerosos estudios que calculan en un 10 – 15% los ahorros energéticos que se pueden obtener por mejoras de gestión de bajo o nulo coste.
- El mejor conocimiento de los mecanismos de consumo permite seleccionar mejor las actuaciones de mejora, o incluso orientar el alcance de la auditoría energética.
- Permite ajustar las actuaciones de mejora a las necesidades y capacidades reales del cliente.
- Permite conocer y comparar los consumos energéticos antes y después de la implantación de mejoras de eficiencia energética, lo que es una ventaja a la hora de financiar las actuaciones por medio de un contrato de servicios energéticos.
¿Cómo puede ayudar NZ Nova a sus clientes en la gestión energética?
En función de las necesidades del cliente pueden establecerse varios escalones de gestión, desde la asistencia en la gestión energética integral, o cada una de las partes que la integran de forma individual:
- Gestión básica. Es el análisis y establecimiento de históricos de consumos energéticos a partir de la información contenida en las facturas energéticas y de un conocimiento básico del centro consumidor. Se establecen índices energéticos y benchmarking con edificios o instalaciones similares.
- Auditoría energética, total o parcial, adecuada a los requisitos del cliente.
- Selección de mejoras. Asistencia al cliente en la selección de mejoras que mejor se adaptan a sus necesidades. Gestión completa de los proyectos de instalación de las mejoras seleccionadas.
- Monitorización y seguimiento de eficiencia energética en instalaciones y edificios, adecuadas a las necesidades y capacidades del cliente. Se miden parámetros energéticos y se tratan en tiempo real. La telegestión es un paso adicional por el cual, en base a los datos recibidos y tratados, es posible actuar sobre el sistema en remoto.
- Implantación de un sistema de gestión energética normalizado (norma UNE-EN ISO 50001) con la posibilidad adicional de ser certificado por una entidad acreditada. De manera aislada o incluso integrada con otros sistemas de gestión como el de calidad (ISO 9001) o el ambiental (ISO 14001).