Gestión energética en residencias: claves de ahorro
En NZ NOVA hemos concluido los estudios energéticos de tres residencias de la tercera edad, en colaboración con la Agencia Provincial de la Energía de Burgos (AGENBUR). Las tres residencias tienen características diferentes en cuanto a tamaño, personal, y número y tipo de residentes, pero la metodología seguida es la misma, y las conclusiones son extensibles a la mayoría de las residencias.
Motivación
En primer lugar, hay que reseñar que en las tres residencias observamos interés y preocupación por el ahorro energético y, en la medida de sus posibilidades, se estaban llevando a cabo iniciativas para reducir consumos, principalmente relacionadas con la iluminación. Este interés es clave para comenzar a ahorrar. Sin él, cualquier acción fracasará por el camino.
En las reuniones mantenidas con los gerentes de los centros, se puso de manifiesto su preocupación por el gasto en el capítulo de energía y su importancia creciente en la cuenta de explotación de las residencias.
Sin embargo, en todo momento sus responsables dejaron claro que su prioridad es el cuidado y la atención a los residentes. Y, aun siendo importante reducir los consumos y el coste energético, no es éste el punto donde se focalizan sus esfuerzos, sino más bien garantizar la calidad del servicio y el confort de las instalaciones, optimizando los recursos.
Conclusiones
Metodología progresiva del estudio en residencias
Los estudios se hicieron de forma progresiva, realizando primero un diagnóstico energético, y concentrando después el esfuerzo en las opciones que presentaban mayor potencial de ahorro. Esto permitió optimizar el presupuesto disponible para el estudio.
Contabilidad energética en residencias
Del análisis del consumo se extrajeron las siguientes conclusiones:
- La electricidad supone entre un 15% y un 20% de los consumos energéticos de las residencias. Debido al mayor coste de la electricidad frente a los combustibles, esto representa un 30-35% de la factura energética total.
- El consumo en iluminación está entre un 35% y un 55% del total eléctrico. El resto lo representan los servicios auxiliares (lavandería, plancha, cocina, cámaras frigoríficas, etc.)
- El consumo fundamental de combustible corresponde a la calefacción (60 – 70% del total). El resto se utiliza principalmente en la generación de ACS, con menores aportes en cocina y equipos de lavado y secado.
Medidas de ahorro en residencias
Una conclusión clave es que se pueden obtener ahorros importantes con medidas de nulo o bajo coste, o con retornos rápidos de la inversión. Estas medidas suponen un ahorro entre un 8% y un 15% de la factura energética. Algunas de estas medidas son:
- Optimización en la gestión de instalaciones. En algunos casos comprobamos que una mejora en la gestión de sistemas de calefacción o iluminación, o un cambio en el uso de determinados equipos, producía ahorros muy interesantes, con coste prácticamente nulo.
- Optimización de sistemas de iluminación. Las medidas óptimas no se obtienen con un cambio masivo de lámparas o luminarias de una tecnología por otra. Una correcta selección de los tipos de sustitución en base al tipo de estancia donde se realiza, nos permitió obtener ahorros que amortizan la inversión en 1 – 2 años. En este sentido, la aplicación de soluciones universales, relativamente habitual, es un error.
- En lo que se refiere a los sistemas térmicos, también se encontraron medidas de bajo o nulo coste, especialmente las relativas a las consignas y horarios, sistemas de regulación y control, e incluso aislamiento de instalaciones.
Otras medidas identificadas, sin embargo, requieren una mayor inversión y, en los casos estudiados, suponían un retorno de la inversión a medio – largo plazo. Son especialmente recomendables cuando los equipos se acercan al fin de su vida útil, por edad o por estado de conservación. En este sentido, es fundamental modelizar los consumos reales de cada elemento para poder estimar con precisión la rentabilidad de las inversiones a largo plazo, adaptando la solución a la realidad de cada caso particular, huyendo de recetas generalistas.
Benchmarking entre residencias
El proyecto europeo SAVE AGE muestra el resultado de un estudio realizado en más de 100 residencias de la tercera edad en toda Europa. Además de las medidas ya mencionadas, se describen algunas otras:
- Utilización de fuentes de energía renovables, fundamentalmente para el calentamiento de agua: solar térmica o calderas de biomasa. Se mencionan también otros sistemas, como la cogeneración. Sin embargo, en España es complicada su aplicación hasta que no se resuelva la regulación normativa del autoconsumo.
- Mejora de la envolvente de los edificios, incluyendo el aumento del aislamiento, o incluso construcción de edificios de consumo casi nulo. Medida interesante, aunque en actuaciones de rehabilitación sólo es aplicable en casos de mucho disconfort, o edificios con una mala situación de partida (muchas infiltraciones o transmitancia muy elevada.)
- Optimización del funcionamiento de equipos de lavado y secado. Utilizar siempre con máxima carga e incorporar sistemas de recuperación de agua o calor. En el momento de la sustitución, se deben adquirir equipos con la máxima calificación de eficiencia energética.
No podemos dejar de mencionar un hecho que hemos observado en nuestro estudio, y que también se destaca en el proyecto SAVE AGE. El comportamiento, tanto del personal como de los propios residentes, puede generar ahorros energéticos importantes, y es clave en el éxito de cualquier política de ahorro. Es complejo modificar los hábitos de conducta de personas de la tercera edad, pero sí se puede sensibilizar al personal de la residencia, sin por ello disminuir la calidad del servicio. Esto se puede conseguir:
- Mejorando la información y la formación del personal en materia de eficiencia energética.
- Haciendo visibles medidas ejemplarizantes de ahorro energético, incluso premiándolas.
- Utilizando sistemas de control y automatización de instalaciones (calefacción, iluminación, etc.)
Gestión energética en residencias
Desde nuestra experiencia, resulta también clave completar las medidas anteriores con la implantación de un sistema de gestión energética, que aborde aspectos del día a día fundamentales para la optimización de los consumos energéticos:
- Gestión del mantenimiento y de las reparaciones de equipos y sistemas consumidores de energía.
- Control de termostatos y elementos de automatización de instalaciones.
- Gestión de renovaciones de equipos consumidores de energía. Trato con proveedores.
- Elaboración de propuestas de medidas de mejora de la eficiencia energética, en función de las características del edificio y de sus instalaciones.
- Análisis de consumos y gastos energéticos.
- Previsión de consumos de la residencia en base a comportamiento y a datos históricos
- Revisión y negociación de las tarifas energéticas.
Estas tareas las puede llevar a cabo el personal de mantenimiento de la residencia, o (como también recomienda el proyecto SAVE AGE), ser contratada a una empresa consultora externa. En este segundo caso es importante que el coste del servicio sea acorde a los niveles de consumo y de ahorro esperados.
Finalmente, tan importante como emprender acciones es medir los ahorros que se consiguen una vez puestas en marcha. La medida y verificación de ahorros debería ser inherente a la propia gestión energética, como indicador de su eficacia.
Comparta con nosotros su experiencia dejando un comentario más abajo o enviándonos un email a info@nznova.com: ¿Cómo son los consumos eléctricos y térmicos de su residencia en relación con los indicadores aquí expuestos? ¿Ha realizado un diagnóstico energético de sus instalaciones? ¿Ha emprendido alguna medida de ahorro?
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